Después de 4 meses este blanco sigue siendo un gran vino.
En nariz sigue siendo potente, sobresalen las frutas blancas, las flores, los tostados, las hierbas y los minerales.
En boca es potente y frutal, con una gran estructura y con buen equilibrio, la acidez se va domando, en unos meses estará fantástico, aunque ya es un gran blanco.

En la línea de la botella previa aunque estos cuatro meses le han sentado bien y el vino se muestra con enorme expresividad casi desde el momento del descorche, con esa nariz de buena intensa, fresca, perfumada y con notable volumen. Sigue destacando su frutosidad aunque engarzada por las atractivas notas minerales. La fruta es, básicamente fruta blanca aunque aparecen también algún suave recuerdo a fruta tropical y algo de piel de lima, hay también notas herbáceas, de hinojo y algún sutil recuerdo tostado. En boca es un vino estructurado con buen ataque, cierta cremosidad, buena acidez, profundidad y notable longitud. Se siente el "terruño" del que procede y aunque su precio es un tanto alto pienso que es uno de los mejores blancos del panorama nacional.

Dorado pálido con ligeros reflejos verdosos.
En nariz es intenso y se muestra muy expresivo desde el inicio. Notas de fruta blanca de hueso, mínimos recuerdos de fruta tropical, abundantes cítricos, ahumados, especiados y ligeros toques lácteos, todo ello bajo un fondo mineral muy bien conjuntado y elegante.
En boca se muestra pleno, graso, untuoso y muy lácteo. Tiene una buena acidez aunque no tanta como a mí me gusta y destaca un posgusto de mantequilla fina, que resulta agradable pero muy “internacional”. Es largo y deja recuerdos finales de fruta amarga. Buena persistencia. Da juego en la mesa con diferentes armonías.
As Sortes se ha convertido en poco tiempo en una de las estrellas blancas nacionales, pero en mi modestísima opinión su fama y su precio (unos 24 Euros) están por encima de lo que ofrece. Buen vino, pero algo falto de personalidad sobre todo en boca. Creo que mejorará con algo de guarda.

Color amarillo con tonos dorados.
Aroma de bastante potencia, complejidad y cierta elegancia a buenos frutos blancos en mermelada, ahumados, mantequilla, los cítricos sobresalen, hierbas frescas y finas, buenos tostados, toques vegetales, minerales y de frutos exóticos.
En boca también es potente, el paso de boca con excesiva acidez que se irá domando con el tiempo en botella, bastante cítrico pero con buena estructura, recuerdos de frutos concentrados y toques herbáceos y vegetales, final largo y con mucha persistencia cítrica.
Sin duda un gran blanco, de los mejores españoles que he probado, buena RCP aunque cueste sobre los 25 €, el corcho un 8.
Aunque ya es un gran vino, mejorará con el tiempo en botella.

Este blanco de la zona de Val do Bibei se presente con un bonito color dorado pálido con destellos verdosos. La nariz es intensa, franca y fresca, perfumada y con volumen. La fruta aparece en el primer plano enmarcada por una seductora mineralidad. Hay algo de fruta blanca, toques herbáceos, recuerdos a hinojo y algún suave recuerdo tostado. En boca tiene muy buen ataque, cierta cremosidad, muy buena acidez, con profundidad y notable longitud. Buena estructura. De esos vinos en los que el “terruño” se palpa. En estos momentos agradece aireación para expresarse plenamente y debería ganar con algo más de botella.

Color amarillo pálido, de aspecto brillante y lágrima abundante, transparente y agil.
Aromas de hinojos, albaricoques, yeso, granito, silex...poca fruta tropical, y menos de madera!BIEN!
Boca menos ácida que la añada anterior, con magnífico recorrido y paso franco. Parece que aquí si se nota cierta untuosidad aportada por la barrica (Tina?), y un eco lejano de aroma a coco/vainilla.
Retro muy disfrutable, con fruta blanca madura, peras y ciruelas blancas rebosantes de frutosidad, mineral muy aparente y directo, con grandes dosis de bien llamado "terroir".
En un par de años, tan bueno como el 2005, EMHO!