Vista: Rojo rubí de capa media y con el ribete ancho diferenciado en tonos carmesí. Limpio y brillante. Lagrima abundante, fina y de caída lenta que tinta ligeramente la copa. Ni rastro de evolución después de doce años.
Nariz: Intensidad media, fina, persistente y con cierta elegancia. De inicio sorprende con un carácter muy primario, con aromas de frutos silvestres, confitura y un toque alicorado, dando paso a notas más clásicas como las especias, cuero y caja de puros, que se mantienen de fondo sin restar protagonismo a la fruta.
Boca: Entrada suave y delicada pero con intensidad y volumen, va de menos a más hasta colmar la boca con sutileza y elegancia, de la mano de una acidez fina y bien integrada, que vertebra un recorrido muy fresco, largo y persistente. Taninos vivos y afilados, de tacto crujiente, que le dotan de profundidad y estructura. Paso de boca redondo y equilibrado. Fiel a lo anunciado en nariz la fruta roja, tersa y crujiente, toma el protagonismo, dejándonos notas de cerezas maduras, guindas en licor, grosellas e incluso flores azules. Fondo fino y sutil de canela, nuez moscada y tabaco de puro, que nos conduce a un postgusto intenso y persistente, que nos deja un apunte de caramelo de fresa.
Sorprendente gran reserva de Faustino, muy primario y sin síntomas de evolución, en el que todo el protagonismo es para una fruta madura pero muy fresca. Nada que ver con su hermano Faustino I "a secas", clásico y evolucionado, eso sí, para bien, que es lo que me esperaba encontrar.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.