De color rubí rojizo de capa media-baja, claro, limpio aunque sin mucho brillo, con un finísimo precipitado en la base de la botella. Reflejos anaranjados y granadinos, mate. Borde atejado, amplio, apenas diferente del menisco.

Este Faustino es el colmo de los Faustino. Abigarrado, clasicón hasta la medula, con todos los elementos que definen a la bodega pero hasta el punto de superarse a sí misma. Eso sí, al abrir se muestra algo desligado y poco irreconocible con lo que suele habitual en este vino. Despunta un "batiburrillo" de especias dulces, de maderas envinadas, frutos rojos maduros, apuntes de establo, aunque ligeramente deslucido y poco preciso. ¿Por fin ante un Faustino I que se ha venido abajo? Pues no, para nada!! Se afina en minutos y la alquimia hace lo demás. Esa falta de unidad inicial se reordena como el cubo de Rubik. Huele a higos secos, a azúcar caramelizado, granos de café, cuero viejo, tabaco inglés, canela en rama y un poderoso fondo de pesebre que humea a animal. Elegante, reposado, con perfume riojano de principio a final.

En boca es ligero y ácido, lleno de fruta roja reducida, picante, fresca, acolchada sobre unas maderas tostadas y un mogollón de especias. Maduro, con falso aspecto de fragilidad, recordando a las cosechas del 78 y sobre todo al 73. Se parecen como dos gotas de agua aunque aún le falta años de botellas para acabar de aposentarse. Un vino con mucho potencial. Para los amantes de Faustino: aquí tienen su vino. Más de lo mismo y que no falte!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/12/faustino-i-1991-gran-reserva.html