Para mi vino 3000 no he elegido el vino .Elegí la compañía. No he querido citar un gran vino , un vino record Parker, un vino excepcional....He querido que el 3000 sea la compañía. Cuando catamos un vino sentimos emociones que nos condicionan y determinan. El Palomar de ayer, no cumplió  las expectativas creadas, pero la compañía las suplió. En la cata anterior , me había deslumbrado, pero en ésta, no lo hizo. No encontré la complejidad previa. Su sentido mineral en nariz y ácido y agudo en boca no se complementó con otros matices frutales que recordaba y que le permitían rozar la excelencia. Un buen vino , pero esta vez , no un gran vino. No importó, la compañía ,la ilusión y las emociones hicieron su trabajo, a fin de cuentas...el vino marida con compañía...

Impresiona desde el inicio. Resulta un vino paradigmático, de referencia. Capaz de conjuntar varias virtudes, fidelidad a su origen, acidez, sentido atlántico, mineralidad, equilibrio, es fantástico¡¡¡. En nariz es penetrante, impactante diría y sobre todo profundamente mineral. Una mineralidad particular, completa, ganítica, casi única. Aromas salinos y cítricos, se entremezclan con otros que parecen venir de la tierra y de la piedra, un vino de mar y de tierra¡¡¡. En boca está todavía nervioso, eléctrico, pero sin aristas, con un paso coherente, mineral, con un toque dulce de jarabe , curioso, amargoso, cítrico, pero redondo, algún tostado final y con una acidez tan marcada como amable y seductora. Vinazo¡¡¡, no recuerdo añadas previas tan buenas...