Creo había bebido anteriormente este vino y me había gustado bastante, por eso lo pedí ayer en la cena. Sin embargo no había introducido su nota de cata en aquella ocasión.
Botella tipo Borgoña, etiqueta muy sencilla, contraetiqueta con información del nombre en catalán, castellano e inglés así como de las múltiples variedades que lo componen: Garnatxa negra,Cabernet sauvignon, Cabernet franc, samsó y merlot.
Color rojo cereza oscuro, menisco violeta, lágrima muy abundante en forma de denso ribete. Nariz interesante: fruta dulce, hongos, tierra húmedad...
En boca sorprende porque esperas más dulzor del que encuentras, fondo amargo que no molesta en absoluto.
Posgusto correcto.
En restaurante casi 17€.
Sigue siendo este tinto del Priorat una buena opción, económica y válida, para el que no quiera desembolsarse grandes cantidades en un vino de la D.O. Al nivel que ello conlleva, por supuesto.
Pero de todas formas, resulta muy agradable y placentero de beber.
Visualmente luce un picota granate de buen brillo y un bonito ribete morado vivo en la copa. Capa media-alta.
Gracias a esa mezcla de crianza en barrica por una parte y vino sin madurar en el roble por otra, se consigue una nariz fresca, donde abunda la fruta (moras, frambuesas hechas mermelada) fusionada con ciertas notas especiadas (canela y vainilla suaves de fondo). La caricia del roble no tapa la sensación frutal.
En boca resulta fresco y sabroso. Acidez media en el paladar frutal que muestra. Toques ahumados y un final de cierta persistencia, ahora mismo algo alcohólico que por supuesto mejorará con el tiempo.
Se disfruta bien este vino. Una buena añada.
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