Mi tercera aproximación al mundo de los amontillados. Comencé por Viña AB, seguí por el amontillado de Er Guerrita, con más fundamento, y sigo con este que ahora presento.

Vino comprado en el propio despacho de la bodega y servido directamente de la bota que tienen allí para tal efecto. No me llevé ninguna sorpresa cuando me lo serví y ví el grado de turbidez que tiene, que aunque afea el color da una sensación de pureza y autenticidad gratificante.

Tono ambarino sucio, como si tuviera algo de ceniza en suspensión. Abundante y gruesa lágrima bastante remolona. Queda algo de poso en la copa cuando terminas de beber.

Nariz muy intensa y aromática. Sale de la copa y se difunde en torno a la mesa, interminable y sostenida. Aromas punzantes, que se pegan a la nariz, toques a mar, frutos secos. Tremenda.

Paso por boca fluido, con buen agarre y marcadamente punzante/salivante, no sé si es la sensación que se describe como "salino" en otras notas de cata, pero resulta "refrescante", y con cierta sensación golosa. Retronasal intensa y eterna a avellanas tostadas, almendras amargas y un punto de naranja amarga. Exquisita.

Me cuesta trabajo armar una nota de cata de este vino dada su complejidad. Con mucha personalidad de amontillado. Estos vinos van tremendamente bien con queso viejo, jamón, alcachofas, y supongo que con muchos otros productos. O también como complemento a una tarde de invierno al lado de una chimenea.

Maravilla