Este vino es un bandido, que te seduce, te maltrata y te castiga, porque sabes que en unos años tendrá un nivel excepcional, pero que te mira a los ojos y te dice: bébeme, que ya estoy para darte placer.... Y tanto que lo hace.
Rojo picota, con capa más bien alta, una lágrima densa, que tinta muy bien la copa.
En nariz despliega ya sus armas de seducción: frutas rojas y negras, muy jugosas y sabrosas desfilan ante nuestra pitutitaria diciendo: aquí estoy yo. Aparacen balsámicos, tostados, especias como pimienta jamaicana, sotobosque...
Y en boca es donde ya te corrompe el alma: esa fruta te inunda el paladar con unos tostados y taninos muy sabrosos, pero que en un futuro serán irresistibles. Gran acidez, muy estructurado, con una gran potencia bien controlada y siempre con la fruta presente, una fruta sabrosa, sedosa...
Y cuando apuras la copa, te dices ¿Qué he hecho? Porque te das cuenta que está llena otra vez.
Si es que eres un bribón!
Los dos, que nos conocemos de hace tiempo y nos tenemos calados, jajajajaja!
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