Después de varios años sin probar nada de esta bodega, por fin tuve acceso a sus vinos en una tienda en Barbastro, sede del Consejo regulador de la DO Somontano.
El vino me costó 5,75€, un precio irrisorio para un vino de esta categoría. Así están las cosas.
El estilo de la bodega sigue intacto: materia prima con mucha personalidad, vendimias que se hacen en plena sobremaduración, y maderas nobles que no pretenden imponerse a la fruta.
Las cepas de cabernet y merlot que maneja esta bodega tienen un perfil varietal impresionante, y sus vinos un toque mediterráneo en estos perfiles que enamoran a cualquier aficionado.
Este vino es un vino fino, de estilo clásico, sutil y elegante, con una acidez envidiable. Esta añada nos muestra dominancia de merlot sobre cabernet, tanto en nariz como en boca, aunque el esqueleto principal lo sostiene la cabernet en boca.
Cereza media capa, borde rubí con tendencia al naranja.
Nariz de frutas rojas (ciruelas) repleta de monte bajo, hierbas silvestres (toques a lavanda, romero, jaras, mentolados) y acompañada de especias dulces (canela, clavo) y pimienta. Alguna nota a tabaco rubio y a café.
Boca potente, estructurado y con nervio, muy largo y mineral, toques amargosos, muy sabroso e intenso, retronasal balsámico, tanino ligeramente rugoso.
Una pena no verlo más a menudo.