¡Viva la elegancia!.

No describo ni la botella, ni la etiqueta por haberlo realizado anteriormente. Han trascurrido 21 meses de la última botella que probé. Lo que vislumbre en aquel momente, hoy me lo manifiesta con gran satisfacción hacia mi persona.
A la vista permanece con su capa media tirando a alta, limpio y brillante. Bonito color rojo picota, muy buena, densa y perezosa lágrima en su deslizar por la copa. Menisco rubí y con, todavía, muy leves notas granatosas.
Expresiva nariz de frutos rojos del bosque. Madera muy bién integrada, leves notas de ahumados y tostados. Mineralidad en forma de tizas y balsámico.
En boca, muy, muy elegante, aterciopelado, fino, muy equilibrado, con volumen y carnoso. Con una presente y elegante acidez que invita beber y beber. Taninos domándose. Madera imperceptible. Gratíííísimo paso de boca y extraordinaria elegancia. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,45 minutos. Sin ningún genero de dudas uno de los mejores vinos de Portugaly con vida por delante.

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