De esta bodega ya había catado Dolç d'englora, un vino tinto dulce que me encantó, una pequeña joya difícil de encontrar.
Este tinto ha sido uno de los últimos magníficos descubrimientos.
Presenta color picota muy intenso, tirando a negro, ribete granate, capa alta.
Nariz rica en aromas, potente y expresiva. Hay fruta negra (ciruelas, moras), especias (pimienta negra, tomillo, clavo), tierra húmeda, sutiles tostados, ligera mineralidad y algún recuerdo floral (violetas). Difícil despegar la nariz de la copa.
En boca es suave, frutal, amplio y voluminoso, más y más según va avanzando. Es intenso, redondo y equilibrado, muy aromático, con una magnífica integración de la madera. Sabroso, más mineral que en nariz, excelente tanicidad. Posgusto largo, especiado, ligeramente salino, torrefacto y discretamente secante.
Una gozada sobre los 20€.
Es el proyecto más personal de esta bodega con el que quieren reflejar la personalidad del terreno, consiguiendo transmitir toda su personalidad y belleza.
Su nombre hace referencia a la edad de las viñas en inglés (Aged Vineyards: viñas viejas) y los 14 meses de crianza.
Visual: Tanto su oscuro color picota como su alta densidad cromática, no delatan sus siete años de edad.
Olfativa: Nada más abrir se escapa por el cuello de la botella la pimienta negra, el clavo y la fruta negra por kilos.
Con una primera aireación se descubren la humedad y su musgo pero también gotas de fresco rocío salpicando la fruta.
Pasan los minutos y el sotobosque se adueña de los aromas: arbustos frondosos, orégano y tomillo. Nos adentramos en la profundidad y nos invaden las pimientas: pimienta negra aromática, pimienta blanca picante. Los balsámicos acaparan la escena, creciendo en volumen e intensidad de pino.
Gustativa: Humedad intensa, fruta negra en licor, relleno de bombón… chuches, lácteos.
Toques salinos, tremenda potencia explosiva que sin embargo es suavizada por una cubriente capa de terciopelo. Su piel es tersa pero su cuerpo es fuerte y fibroso. Maravillosos taninos en garganta, secan a su paso gloriosamente.
Unas horas más tarde la sequedad desaparece y una manta de cacao amargo lo cubre todo. Salado, redondo...
Se despide con notas melosas lácteas y dulces en contraposición al intenso punto salino y amargo de ahumados y aceitunas.
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