Probé este vino hace unos meses y me sorprendió gratamente su frescura. Como le decía a Kintiman, se nota y mucho que detrás del vino está Dominique Roujou.
Compendio de frescura y hechura. Muy completo.
Botella borgoñona tan habitual en los blancos con crianza, e imagen moderna tan normal de la bodega. Excelente corcho.
Color dorado brillante con tonalidades verdosas.
Aroma fragante, margaritas silvestres, albaricoques muy maduros, cítricos dulces y frutos secos, notas avainilladas de la madera y matiz herbáceo.
En boca es fresco y amargoso, resultado refrescante, pomelo, hierba verde... buena acidez, y largo postgusto.
Cada variedad aporta lo suyo. La sauvignon su fragancia, la moscatel su dulzura y delicadeza, y la verdil, su parte verde, como es normal. Y en ese orden debe tener su porcentaje.
Otro blanco valenciano que suma.
Probé este vino hace unos meses y me sorprendió gratamente su frescura. Como le decía a Kintiman, se nota y mucho que detrás del vino está Dominique Roujou.
Hola, Alberto. Pues no me entero yo mucho de esas colaboraciones, y no estoy al tanto de determinados personajes, la verdad. Me alegra coincidir en todo caso con tus gustos. La primera frase de mi cata creo que lo define a la perfección.
Un saludo.
Al final, lo importante de todo esto es que nos guste o no nos guste, y éste está muy bueno ;-)
Un saludo!
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