Desconcertado

Un mes después de tomar este vino y quedar bastante decepcionado, abro la otra botella que tenía guardada. Dados los antecedentes, no albergo esperanza alguna de que me vaya a agradar, pero cual es mi sorpresa que me encuentro un excelente vino, que en poco se parece al probado anteriormente. En vinos de cierta edad es habitual que cada botella evolucione de una manera, pero en este caso se trata de un vino de poco más de dos años. No me lo explico. En fin, como le pasó a Pedro Navaja: ¡la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios!

Picota de capa alta, borde amoratado y abundante lágrima.

Potente y profunda nariz, algo cerrada al principio, con aromas iniciales a aceituna negra, que dan paso después a fruta negra madura, fruta roja, que se acrecienta a medida que pasa el tiempo, tostados, café, tabaco seco y notas balsámicas y minerales.

Boca potente, con cuerpo, sensación densa, acidez comedida, taninos aún por pulir, aunque no agresivos, notas golosas y tostadas, así como una ligera amargosidad al final. Largo postgusto, primero de café y después a fruta roja y negra, que llega a ser incluso fresco.

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