Aromas complejos, para nada agazapados pero que precisan de su tiempo. Es muy mineral, aromas de fruta de hueso, los aromas de la barrica, presentes (almizclados y tostados). Limpio y elegante, como oler un manantial.
En boca recuerda a un chablis, eléctrico, sale de nuevo el terruño, envuelto de complejidad. Es potente y fino con una acidez fresca y elegante, deja la boca llena y limpia, sale mandarina y frutos secos, tonos tostados.
Madera muy presente, mentolada, balsámica y personal. Cierta complejidad en el final de boca, con marcada persistencia.
750 botellas nada más.
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