Antes de acercarse la copa a la nariz, sólo de ver el color, ya huele a fruta madura.
Color granate de capa alta y ribete también granate. Denota cierta evolución.
Nariz de fruta negra madura, ciruela pasa, balsámicos, regalices, monte bajo, hierbas aromáticas, piedra húmeda, un punto picante, lácteos y tostados de cacao con leche. A copa movida se potencian el pimiento rojo y la pimienta blanca. Muy buen equilibrio y complejidad.
La boca destaca por su ligereza y frescura. Ofrece un paso y tanino maduros, dejando recuerdos de ciruela pasa. Su acidez es excepcional y sale ese nervio que estaba esperando tras su madurez en nariz. Deja recuerdos de pimiento rojo, balsámicos y un punto picante al final muy interesantes. Un vino largo, para detenerse con él.
Tras una hora de reposo en copa se convirtió en frescura, concentración y tostados de caramelo.
Cabernet Sauvignon maduro que no parece Cabernet Sauvignon. Complejo, muy agradable, rico y persistente.
Este vino en unos 10 años será sencillamente espectacular.
Catado durante la Experiencia Verema Bilbao 2015: "La madurez de Abadía Retuerta a través de sus vinos de pago"
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