Macizo de Benjamin Romeo

Muy atractiva la vista en el momento del escanciado en la copa, denso, dorado. Un golpe de aire nos lanza unos aromas complejos que captan nuestra atención. La vista, con el vino en la copa nos da ese amarillo dorado, brillante y cálido. A copa parada buena intensidad aromática. El movimiento del vino al girar la copa nos muestra un vino untuoso. La segunda nariz nos apunta hierva de monte, laurel, tomillo, y cítricos maduros tipo mandarina, pan tostado y un toque de miel. Ataque suave y aterciopelado en su paso por boca. Acidez discreta. Sabroso, equilibrado y complejo.