Clásico de espíritu y moderno de elaboración.

Rojo picota, con ribete todavía rosáceo, cubierto, limpio, brillante y con lágrima densa, recta y lenta. Corcho esponjoso y largo.
Nariz clásica riojana, aunque habría jurado que se habría tratado de un vino de corte moderno. Observamos frutas rojas, higos, ceniza, menta y hierbabuena, Pastillas Juanola, tabaco de puro, chocolate con leche, madera nueva y algo de mineralidad.
En boca muestra elegancia, unos taninos dulces, correcta acidez, madera tostada de momento un pelín marcada y poco alcohol. Sabores a frutas rojas y negras, After Eight, balsámicos y mineralidad contenida.
Final largo, cadencioso, frutal y maderoso.
Un buen vino que se bebe bien, con un buen abanico y distinguido, aunque cuando me pido un Ygay espero otra cosa. De todas formas revela su zona de proveniencia. Creo que dentro de cinco o diez años estará mejor.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar