No nos cansamos de disfrutar de este soberbio Champagne que de nuevo nos dio un recital. Fino, elegante, mineral, cítrico, con una nariz sutil y profunda, llena de misterio y con mucha carga de terruño y un paso por boca que resulta una delicia por su acidez, cremosidad, balance y una burbuja maravillosamente integrada, un vino que mejorará con el tiempo pero que ahora resulta irresistible. Pura esencia del Grand Cru de Oger.

Volvemos a catar este pedazo de vino y confirmamos las sensaciones de la primera, es limpio, directo, delineado, profundo y mineral en nariz y arrasador en boca por su acidez, presencia mineral y fuerza interna, su precisión es tal que parece una espada láser.
Pues eso, que certificamos este vino como una de las sorpresas del año y uno de los mejores Champagnes que podemos encontrarnos en su rango de precios, unos 45 euros. Mucho más que recomendable.

Dorado intenso, brillante y limpio, lágrima densa, burbuja abundante.
El abanico es muy amplio en nariz, y destacamos aromas a melocotón, pera, manzana verde, mantequilla, pan, humedad y mineralidad.
Al principio parece que la burbuja es algo gorda, aunque sólo son las primeras impresiones. Posee una gran estructura, pero no se nos hace pesado, ya que la acidez es tremenda. Los sabores son marcados, hay piel de manzana, cítricos, ropa limpia, almendras, anís, frescura y mucha mineralidad. Astringente y con un persistente carbónico.
Final largo, perfumado y amargo.
Un vino que en nuestro caso ha ido de menos a más, corpulento, complejo, con mucha acidez y mineralidad. Un excelente Champagne que por su estructura, matices y fuerza recomiendo beberlo solo, o con una comida contundente.

Dorado limpio y brillante, burbuja pequeña y abundante.
Nariz intensa y compleja, realmente encantadora por su paleta mezcla de profundidad y frescura. Aparecen unas tenues notas florales y de frutas algo más maduras a las que añade recuerdos especiados y balsámicos, cítricos, un fondo mineral, anisados, hinojo, bollería, toques fúngicos, en fin, un Champagne realmente complejo.
En boca resulta excepcional por su fuerza perfectamente medida y por las sensaciones que transmite de su terroir, mostrando una gran clase. Tiene una poderosa acidez que le vertebra y le dará longevidad y su paso es de gran prestancia resultando largo y profundo en el final, tras el que quedan sensaciones de frutas maduras y frutos secos, con un punto mineral. Carbónico perfectamente integrado.
Fantástico Champagne de un productor que nos ha parecido finísimo y que resulta un maravilloso intérprete del Grand Cru de Oger, uno de nuestros preferidos en la Côte des Blancs, una auténtica sorpresa que en breve estará disponible en España. Estén atentos.