Rioja introvertido

Hemos celebrado el 11º aniversario de Verema con la cata (doble ciega) de este vino. Así que no hablamos de botella, ni de corcho, ni de etiqueta, los dos primeros porque no correspondían con el contenido y la última porque, evidentemente, no había. Así que un nuevo reto, en esto de las catas. Es importante indicar que el vino fue descorchado en el momento de la cata.

En copa posee un color cereza, limpio y brillante con menisco anaranjado, que indica que es un vino entrado en años (aunque al final, no tantos como indicaba ese menisco). Intensidad media-baja, presentando una lágrima ancha y lenta que no tiñe la copa.

En nariz, se muestra extremadamente introvertido, le cuesta bastante abrirse, surgen algunas notas a fruta negra madura entremezclada con toques lácteos y florales.

A medida que pasa el tiempo, el vino va mejorando, en boca tiene una buena estructura, poseyendo una buena acidez. Los taninos están pulidos y se muestran dulzones, con sabor a regaliz, cuero y madera. Presenta un final largo, dejando un postgusto goloso.

Vino que necesita tiempo, y además, gana con el tiempo, necesario abrirlo con bastante antelación porque se disfrutará mucho más.