Que decir después de tener dos reliquias en la mesa, que el vino es simplemente maravilloso! Que el tiempo se para, que necesitaríamos una sola tarde para desgranar vinos de este talante y qué decir de Isabel II con al menos 15 años menos. Esta es la esencia del vino amigos!. Sobrevivir el paso del tiempo, evolucionar hacia la madurez y en este caso vinos procedentes de añadas en las cuales muchos de nosotros ni tan siquiera nacimos, cuando nuestros padres eran unos recién estrenados adolescentes o simplemente se debatían con las inquietudes de solicitar la entrada de la pubertad. Hacer un análisis técnico de este tipo de vinos es una falacia, y no son tiempos de cometer este tipo de errores. Además el lujo se acentúa cuando tenemos presente a Ignacio santo y seña de Casa de Guardia quien nos explica no solo la historia con pasión, si no lo que creen que fue en su día la bella oración de dos rarezas que el propio José Manuel "Secretario del CRDO Málaga ..." nunca había visto. A pesar de ello con respeto, el de estar delante de dos criaturas mucho mayores que el presente y habiendo encajado el paso del tiempo con mayor señorío al cual personalmente podría aspirar. Voy a intentar expresar las sensaciones que Garijo e Isabel II me susurraron aquella mágica noche.

Mis sensaciones

El silencio lo rompe con su intensidad de aromas de frutos secos que nos recuerdan a la garrapiñada, almendras amargas y un sin fin de especias que arropan aromas de fruta pasificada (pan de higo, dátiles y ciruelas dulces), en boca se expresa con brío y fuerza, lo cual nos deja sin palabras porque presenta vida y recorrido que únicamente el paso de los años nos situara en su mayor plenitud, aúna madurez y ganas de vivir, sin duda una obra maestra.