Buena definición y tipicidad

Dorado limpio y brillante.
Buena intensidad en nariz con unos toques iniciales reductivos que tornan en recuerdos de frutas blancas de hueso, recuerdos lácteos de las lías, frutos secos, piel cítrica, mantequilla y un cierto fondo mineral muy característico. Con profundidad y complejidad, mucha tipicidad y elegancia, una nariz que muestra autenticidad.
En boca es potente, denso, con mucha prestancia pero siempre definido por su buena acidez y su armazón muy mineral. Paso firme y poderoso, siempre mostrando un gran equilibrio. Final largo y elegante, dejando toques de fruta amarga y un marcado recuerdo mineral. Buena persistencia.
Nos encontramos ante un Perrières muy académico, joven, de largo recorrido, necesitado de botella, pero ante todo un vino serio y que muestra ese carácter austero, profundo y mineral que define a un gran vino procedente de este viñedo. Necesitado de una larga guarda. Unos 60 euros.

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