Cuatro años y pico después.

Este vino ha cambiado y lógicamente ha sido ha mejor.

Los aromas siguen siendo complejos y bastante expresivos, las frutas ahora se notan con más madurez y más dulzor, los minerales y los tostados siguen presentes al igual que los ahumados, el regaliz y los toques especiados.

En boca es donde verdaderamente ha cambiado, ahora el paso de boca se encuentra totalmente equilibrado y redondeado, los taninos siguen siendo dulces, pero ahora todavia se encuentran vivos, la estructura bien a secas, el retronasal muy bien con todos los aromas de la nariz y el final es largo y tiene una grande persistencia.

Ha mejorado notablemente, pero no llega al vino que yo esperaba. Seguramente con los mimbres que tiene, por lo menos esta botella, creo que seguirá mejorando unos años.

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