Casi dos años después.

Otra botella disfrutada y este vino ha mejorado algo, pero ni mucho menos lo que yo esperaba.
Sigue con aromas penetrantes, muy frutosos y expresivos, buenos tostados, vainilla, regaliz, etc..
La boca es sabrosa, equilibrada y con muy buena estructura, bastante bien el recorrido y todo en general, pero demasiado anodíno y falto de matices.
Es un vino notable, corpóreo y con armazón, pero un vino banal y pelin cálido, ademas adolece de carencias de personalidad.
Bastante bien para los 20 € que cuesta aproximadamente, pero pienso que se puede hacer bastante más.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar