Olorosa... (y excelsa)

COLOR: Oro pálido/dorado medio, con algunos posos.

NARIZ: Manzanilla en rama, velo de flor, algo de frutos secos (anacardos), no demasiado intensa. Es una manzanilla fresca que conserva recuerdos a mar. Minutos después, a copa vacía huele claramente a madera, muy fina e impregnada de vino, como si metiésemos la cabeza en una bota usada que acaban de vaciar.

BOCA: Aquí viene lo mejor. Primero sabe a manzanilla pura, de las de siempre (fina, salina, aceitunitas verdes, mar), luego viene una fase amarga, más parecida a un amontillado, y finalmente un regusto intenso de nueces y anacardos, como un oloroso. Esto último es la gloria de este vino.

Es una de las mejores manzanillas que he probado. Supera incluso a la Bota de Navazos, menos intensa. El buen jamón de bellota, como siempre, fue un compañero infalible. Pena que sólo fuera media botella.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar