No colgué cata en su momento, pero si recuerdo que tras haber bebido y/o catado añadas varias de este vino de Barbier, reconozco que ha ganado mucho en una cosa que puede parecer sutil, subjetiva e intrascendente, pero ahí está: accesibilidad. Me parece uno de los Mogadors creados más "fáciles" de beber (no sé si la expresión sería esta) de los que he catado siempre.
Si fuera un poco "puntilloso", a lo mejor nivelándolo con otras añadas quedaría en un tercer o cuarto puesto de mi podio particular (creo recordar haber probado 6-7 añadas). Eso sí, es todo un sr. vino.
Y, puestos a rizar el rizo, prueba también con su hermano Manyetes de la misma añada. Lo probé en Intervin Alimentaria 2012 (curiosamente, también estaba su creador) y es otro espectáculo de vino.
Abrazos, Pepe.