Muy buen vino, sin paliativos (y eso que la añada 2008 no destaca por ser de las mejores en Ribera del Duero). Excelente momento para beberlo.
Visual: rojo cereza muy oscuro, ribete transparente-cereza claro con destellos rubí y reminiscencias violáceas, limpio, brillante, todavía bastante joven. Lágrima muy abundante y densa que destaca en copa y nos adelanta que enfrentamos un gran vino.
Nariz: muy intensa a frutos negros y especiados poderosos: vainilla, clavo, pimienta negra, coco, regaliz y canela. Buenos tostados, toffee, chocolate amargo. A mayor temperatura apreciamos también frutos rojos muy maduros; si le damos un poco de aireación a una temperatura de unos 19-20ºC sobresalen licor de uvas pasas con recuerdos a mistela y moscatel de una calidad sobresaliente.
Boca: entrada fácil pero poderosa, muy muy estructurada, fruta madura que casi se mastica pero con un fondo de complejidad aportado por sus finas maderas sin parangón. Muy goloso. Casi se mastica la fruta y la madera con un equilibrio excepcional. No es un vino muy alcohólico a pesar de su potencia. Muy buena acidez y muy equilibrado. Paso por boca que incita a seguir bebiendo a pesar de su poder. Final largo con un postgusto y retronasal licorosas sencillamente apabullantes. Los taninos de este Arzuaga Crianza son sedosos, pulidos y equilibrados; tienen recorrido para darle vida a este vino, en plena forma, 3-4 años más en botella sin ningún género de dudas.
Un vino embriagador, potente pero fácil de beber y muy goloso, que deja huella y que pone de relieve el grandísimo trabajo de las Bodegas Arzuaga Navarro en una añada 2008 buena pero que no fue precisamente de las mejores de la década 2000-2009.
Su precio ronda los 15-16 euros y la RCP, EMHO, es muy buena. En mi caso particular, conseguida una caja de 6 botellas en una oferta al 50% de descuento (8 euros la botella) donde la RCP se podría considerar galáctica (bastante más que Excelente).