Perfecto ejemplo de riesling madura

Nueva media botella de este sorprendente Gessinger, algo menos viva en boca que la anterior, pero igualmente satisfactoria.

La nariz es el punto fuerte de este vino, es potente y compleja, llena de matices. Aparecen los toques de hidrocarburos de los riesling viejos, flores marchitas, frutas maduras, orejones, especias como el azafrán o canela, miel, cera de panal, confitura de cítricos, vaya, todo lo que esperamos de un gran rielsing viejo en nariz.

En boca acusa un poco la añada cálida y el vino resulta menos incisivo que botellas anteriores, aun así todavía muestra acidez y es sabroso en el paso, destacando en el final los toques de frutas maduras y especias, resultando redondo y placentero, aunque quizá demasiado graso para lo que nos gusta.

Sorprende este vino por su gran calidad, muestra de una añada mítica para los dulces alemanes como fue 1976, sin ser un productor “top” del Mosela, lo cierto es que el extraordinario viñedo y las características del año dieron un vino que resulta un perfecto ejemplo de riesling maduro en especial en nariz, donde es todo un espectáculo. No tengo más botellas, una pena.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar