La Confirmación de una Intuición

Visualmente es un vino armónico, con bonita lágrima y capa de color cereza intenso.

Llena la estancia con caricias dulces y florales que recuerdan a los caramelos de violeta, ésos en forma de flor y color lila-morado.

En boca es terso, camina con suavidad, pero antes de desaparecer deja un guiño ácido que posa una marca secante en paladar y lengua.

Pasan las horas y las flores se han marchitado para dejar paso a la fruta roja macerada en licor, intensa guinda de tarta que se erige sonriente sobre el goloso pastel.

La calidez ambiental suaviza su paso y lo viste de terciopelo, mas yo no sé si me gustaba más la juventud desenfadada de sus primeros pasos que esta madurez de madera noble y gusto a café torrefacto, más amable, menos desafiante, más conformada…

Esta bodega sabe mimar a la garnacha para que no se resista a mostrar su cara más bonita, algo que ya intuía por haber probado alguno de sus vinos más jóvenes y que ahora se ha visto plenamente confirmado.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    JaviValencia

    Como siempre una gran cata.

    Besitos ;-)

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