Color guinda subido y muy espumante al servirlo.
Aroma limpio y fresco, de manzana roja tipo Starking en su punto de madurez, de fondo aparece timidamente alguna nota láctea.
En boca lo que más resalta es precisamente lo que le sobra, su excesivo carbónico y por el que tienes que tener mucho cuidado, se sube. Postgusto final un tanto dulce que sin embargo no molesta.
Realizado con la misma uva que su rosado tranquilo, del que me dijeron que las cepas de cabernet franc eran todavía muy jóvenes como para realizar tintos. Comprado al igual que el brut blanco en bodega y aprovechando un cambio de etiqueta, liquidación absoluta a 1 €. Lo que pasa es que este no está como el blanco, el cual sorprende.
Ha sido bebido junto a una ensaladilla rusa y unos montaditos de salmón, queso fresco y tomate, pero yo me lo imagino con un buen bocata de sobrasada casera y servido en unos vasos culones de cristal fino (tipo sidra), tomado de pie y a carcajada limpia.