Un nuevo proyecto en Ribera del Duero, pero con el aval de la hisotoria y la relación con el mundo del vino de las personas que lo sustentan, con Miguel Angel Peñalba a la cabeza. No voy a insistir en las características organolépticas que tan bien ha citado en el anterior comentario mi compañero Paco Higón. Yo sí resaltaría el hecho de que es un vino cuyo concepto está, desde mi punto de vista, muy orientado a ser un buen acompañante de la comida con trago largo, que invita a su disfrute, ofreciendo al mismo tiempo un postgusto complejo y bastante personal. Me ha gustado.
Granate brillante de buena capa. Tiene una nariz intensa, bastante expresiva, con muy buena fruta, que está bien definida y aparece franca y fresca. Presenta cierta mineralidad, que le da personalidad... sensación que reaparece posteriormente en boca. En el fondo hay suaves sensaciones tostadas y algún ligero toque de vainilla. En boca tiene buen ataque, con cuerpo medio, bien de acidez, trama ligera y bastante longitud. Tiene un paso muy bueno en el que se percibe la calidad de la materia prima.
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