Abadía de Ánxelus 2009:

Es uno de los vinos ideales si quieres probar un albariño, albariño; de color dorado, aroma afrutado y que yo he probado con arroces marineros en Calp, (eso sí manteniéndolo a los 10 grados de temperatura que en Alicante tienes que llevar a rajatabla, porque los vinos se calientan enseguida) y también con sus “parejas naturales”: pescados y mariscos gallegos, que preparados sin complicaciones –cocidos y con ajada, a la gallega–, llegan a un equilibrio perfecto.
Ah!, y no dejéis de probarlo con un postre gallego clásico, queso de Arzúa-Ulloa con membrillo.
Referido al año 2009, es un vino blanco joven al que le adjudicaría una breve nota de cata: Límpido y brillante amarillo pajizo con destellos verdes. Intenso y denso aromas de frutas frescas, con fondo de flores y con duradera persistencia.