Picota oscuro con ribete carmín. Capa media-alta. Limpio y brillante.
En un primer momento los aromas se muestran demasiado cerrados, le hemos dado aire y aunque se ha aclarado, creemos que no ha terminado de dar todo lo que llevaba dentro. Aún así detectamos balsámicos, fruta negra en licor, monte bajo, sangre, mina de lápiz, carne cocida y mineralidad.
En boca nos encontramos con un Alión que aunque continúa manteniendo la garra, se encuentra en una fase de meseta. Tanino poderoso, alcohol y madera marcados, acidez algo justa. Notas similares a las ya descritas.
Postgusto largo y relativamente profundo.
No hemos conseguido sacarle toda la chicha. Tampoco me atrevería a apostar sobre su capacidad de envejecimiento en botella. Me surgen dudas.
Je, je... la verdad es que a mi me pareció algo sublime.
Saludos.
Debería haber escrito el comentario al día siguiente que es cuando estaba mucho mejor. A veces tenemos poca paciencia, yo el primero.
Un abrazo,
Totalmente de acuerdo, muchos vinos se abren maravillosamente y nos sorprenden tras uno o dos días de vacío. Pero el ansia de la cata al abrir la botella nos puede a muchos, humano e inevitable...
Salud-os!!
Sí, jaja, la mayoría de las botellas que abro suelen estar demasiado jóvenes. Y es que me cuesta contenerme...
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