Visualmente la primera impresión al observar el Pintia 2007 en la copa es que podemos estar ante un vino que no debería tardar demasido en beberse, aunque teóricamente 6 años no son tantos para que este Toro empiece a declinar. Rubí cubierto de capa media-alta poco brillante con ribete de incipientes tonos anaranjados que hacen intuir cierto envejecimiento prematuro.
Falsa alarma. En nariz el vino nos devuelve a su realidad poderosa y de absoluta vigencia. Primarios intensos y complejos con una sucesión de aromas que combinan las flores algo marchitas, notas cárnicas y una promesa de dulzura para más tarde. Secundarios también ricos y complejos, apareciendo ahora las especias (sobre todo la pimienta negra) y los tostados, con algo de madera bien equilibrada.
La boca es lo que quizás haga que el vino no sea del todo redondo. Menos complejo que en nariz. Ataque poderoso y paso de boca sedoso y elegante. Le faltan matices y más variedad de sensaciones. A pesar de sus años en botella tal vez le falte aún algún tiempo más para acabar de pulir unos taninos algo agresivos todavía. Final del trago y postgusto amargos.
En definitiva un buen vino que no decepciona para su precio (nos costó 32 euros) pero que puede mejorar con uno o dos años más de botella y al que algo más de complejidad en boca haría casi redondo.
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