Quien haya visto la película, sabrá que en una de las primeras escenas, cuando Julie Andrews en el papel de institutriz se presenta a los niños Jane y Michael y se toma las medidas, el resultado de la cinta indica que es "prácticamente perfecta en todo".
Así pienso que es este Silex 2007.
Visualmente aparece amarillo pajizo con trazas doradas. Limpio, brillante y con lágrima densa y lenta.
En nariz observamos tonos abiertos y claros desde su descorche: piel de melocotón, albaricoque, cítricos, mantequilla y por supuesto, una gran dosis mineral.
En boca destaca la corpulencia, la delineación, la austeridad y la inmensa acidez. El alcohol deja huella pero no desentona. Sabores a miel, flores y humedad. Debajo de la lengua detectamos orejones. La mineralidad es grande.
Final larguísimo, amargo, frutal y salino.
Esta noche hemos abierto dos botellas muy diferentes entre sí; la primera más contenida, más sobria y menos expresiva, pero quizá más especial, la segunda más frutal, más grácil, más dulce y más usual. No es el blanco más profundo ni el de más matices que he bebido, ni tampoco el más mineral, pero su conjunto es casi perfecto, pues contando con que tiene mucho de todo, nos cuenta lo que quiere, ni más ni menos.