Rozando la perfección en la gama de clásicos de Rioja

Un vinazo. Podrá gustar más o menos este estilo clásico riojano, pero sin duda, es un vinazo.

Visual: rojo cereza apagado con tendencia al marrón, ribete ligeramente atejado-anaranjado, limpio, muy buena lágrima, bastante densa y abundante.

Nariz: Al principio no se abre demasiado aunque ya adelante que estamos ante un gran vino por la complejidad de aromas. Tenemos aromas frutales (fruta roja) junto a aromas en segundo plano de roble junto a especias muy diversas como el clavo y la regaliz, tostados, trufa, cenizas, regaliz y balsámicos junto a notas minerales. Cuando lleva tiempo aireado afloran aromas terciarios a ahumados, cueros y mueble viejo bastante agradables.

Boca: entrada fácil, amable, sutil, fina, bastante fruta roja todavía, acidez bastante marcada aún, taninos ligeramente dulces y magníficamente integrados y pulidos, nada secantes ni astringentes, sin aristas aunque todavía presentes y que auguran una larga vida en botella a pesar de sus 10 años desde la cosecha (casi 6 desde el embotellado). Final muy muy largo con postgusto frutal-mineral muy agradable. La retronasal excelente.

Un excelente vino magníficamente hecho, de larga crianza y de más larga vida en botella.

Vale, como mínimo, lo que cuesta (entre 19-20 euros en tienda, unos 30 en restaurante).

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