De color amarillo verdoso, sus aromas predominantes fueron vegetales y herbáceos con algún punto de frutas frescas, ligeros matices a tostados. En boca se aprecia de manera intensa el cuerpo y sabor de este vino, posiblemente debidos a su crianza de 4 meses en barrica. Con poca acidez y dulzor medio.
Elaborado con una variedad que estuvo a punto de perderse pero el cambio de clima ha permitido desde hace veinte años su recuperación.

Un blanco italiano agradable que compartió mesa con Coto de Ibedo y Sara VT en la cata de Otoño de Aderramar.

Color de buena intensidad y limpiedez, amarillo pajizo con destellos dorados.
En nariz se muestra fino con notas herbáceas, vegetales y ligeramente tostados de la madera. Heno también.
En boca tiene un buen ataque, ligeramente goloso su entrada y ligeramente amargoso su final. Bastante persistente, con notas algo cremosas del paso por barrica, aunque bien integrada en su conjunto.

Un blanco agradable para una noche muy agradable...