Amarillo dorado. Nariz de buena intensidad con toques de cereal tostado, un toque fresco, casi herbáceo aunque con cierto carácter goloso. En boca tiene buen ataque, con una entrada intensa pero bien definida, resulta goloso, untuoso, con bastante fruta, buena estructura y notable persistencia.
En nariz se nos muestra ferroso y mineral, con la fruta escondida tras una madera astillada y seca.
En boca es de acidez electrizante, contundente con las encías y secante, pero con una expansión de potencia que nos llena hasta las fosas nasales, los aromas de albaricoque deshidratado con una madera mojada dulce.
Final largo y canbiante.
Para el consumo dentro de 2-5 años hasta los 20-30 que acostumbran a aguantar estos vinos.
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