Un mundo aparte.

Entras con este vino en el terroir, saboreas la tierra y la piedra.

Es elegante y complejo.
Y aunque su primera manifestación es a cuadra limpia, sabe expresarse con claridad, como un gran vino. Hay aromas a caza, a ciervo, azmicle, pelo, maderas exóticas.

En boca entra con suavidad y tanicidad a partes iguales,con calidez, es terroso, fruta negra licorosa, tomas café, notas cremosas y dulces de la madera.

Todo ello con la suficiente persistencia de un vino que tiene 26 añitos.

El final es balsámico, regaliz medicinal.Es placentero, regresan los aromas a maderas tostadas, cera y especias dulces. A licor.

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