Lo primero que se debe decir es que un Madeira como el presente, Vintage o Fresqueira, que es lo mismo, de 1977 embotellado en 2007, no tiene nada ni de viejo ni de histórico, por el contrario es un vino rabiosamente actual. Ha estado 30 años en Canteiros de 418 Litros sufriendo las variaciones climáticas y cerca del mar para captar la humedad salina.

Estos vinos son imbebibles al abrir, hay que tomárselo con mucha calma. Este madeira al abrir es puro alcohol, tras decantarlo 4 ó 5 días se convierte en otra cosa.

El color es caoba oscuro que tiende al rojo con mucha luz. No hay poso. En Portugués se le llamaría meio escurro.

La nariz es complejísima y muy difícil de describir, Da todas las gamas de la madera fina y vieja y de alta calidad, barniz, laca, resina, humo, tabaco negro. Aparecen frutos secos tostados, garrapiñados almendras, piñones, y avellanas. Viene un soplo de rosas ajadas que apunta,breve y liviano, en los instantes más sublimes.

La boca es recia, potente y señorial, hay alcohol, está claro, pues es un vino fortificado, pero con perfecta integración en el conjunto. Alta tensión en boca, enorme expresividad, en la cual predominan las maderas, sin que ello le desluzca en cuanto a finura y elegancia. Terriblemente largo.

La boal proporciona un azúcar residual de entre 40 y 60 gr, es por lo tanto más seco que los madeiras elaborados con malvasía, lo clasificaría como medio seco, teniendo en cuenta que en boca el dulzor se presenta muy tenue , no sé si iría mejor en generosos que en dulces

Vino impresionante y alucinante, para amantes de emociones fuertes con suficiente paciencia para no beberlo de forma inmediata.

Botella numerada y de producción escasísima : botella 554 sobre 1.666.