El clásico de Paternina

De color rubí marronoso de capa media-alta, más concentrado y estable que el gran reserva de la misma cosecha. Ligero precipitado en la base de la botella, muy fino, aportando una nota granulada. Borde amplio, anaranjado, con bastante diferencia respecto al menisco.

En nariz está muy entero, abierto, íntegro, sin síntomas de excesiva evolución. Inicialmente hay una elegante pátina de maderas finas, aceite de tung, tostados, cacao en polvo y un recuerdo a cuero viejo y marroquinería. Perfil radicalmente tradicional, muy clásico, al viejo estilo de los Paternina de toda la vida. En poco difiere de los antiguos Conde de los Andes de los 50 y 60.

En boca es un placer beberlo. Integrado al grado sumo, maduro, otoñal, fresco, lleno de notas acídulas y de una fantástica acidez. Es todo redondez, con taninos grasos junto a un conjunto de registros especiados y balsámicos elegantísimos.

Un Conde de los Andes de verdad, sin trucos, de esa época en que era el gran vino de Paternina: tinto raro y muy caro, puro, tempranillero hasta la médula. Uno de los mejores vinos que se elaboraba en España, un mito que ha ido de todo a menos y que no recomiendo a nadie en la actualidad. Así de triste!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/09/conde-de-los-andes-1973-gran-reserva.html

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