Hay Viejunos que son algo mágico.

Volvemos 14 meses después sobre este viejuno que nos dejó alucinando. Abrimos la botella y dejamos que se oxigene por espacio de una horita. El tapón nos atrevimos a sacarlo con el abridor estándar de tijeras pero se nos rompió en dos trozos. La parte inferior parecía soldada al cuello (igualito que la última botella) pero al final la retiramos no sin algún problemilla. Servimos a 17°C.

VISUAL: Presenta un color rojo cereza, cristalino, de capa media-alta con el ribete amplio, en tonos teja. Sin presencia de lágrima (90).

OLFATIVA: A copa parada encontramos aromas de fruta escarchada (orejones). Al agitar el líquido surgen notas viejunas de polvorilla, desván, armario cerrado y un toquecito que recuerda a las bolitas de naftalina. También destacan apuntes de frutos secos (avellanas tostadas), flores marchitas y hojarasca húmeda. Puntito fúngico de trufa negra acompañado por deliciosos terciarios de cacao, tabaco habano, cuero curtido, pan tostado y ebanistería fina. Delicioso bouquet el de este viejuno, embriagador, de gran complejidad y con una intensidad media-alta.  (94).

GUSTATIVA: En boca se muestra sedosito, de acidez media y con los taninos muy dulces. Paso por boca cremoso con un fondo ligeramente secante. Retronasal dulzón con recuerdos a compota de ciruelas e higos con notas clasicotas riojanas de canela y vainilla e intensos apuntes amaderados. Post-gusto delicioso, amable, largo y sobre todo elegante. Su persistencia es de dos minutos y 40 segundos de mucho disfrute. Le quedan mínimo 10 años más en estado mesetario, imperturbable. Tremendos estos vinos de larguísimas crianzas ( 7 años de barrica y 10 en botellero ) ahora impensables, además de una añada que cada vez tenemos más claro que fue una de las grandes. Era el vino top de Federico Paternina y estas botellas catadas dan fé que lo fué al menos hasta finales de los 70 (95).

La RCP en esta botella fue de 11 sobre 10, 23 euros en subasta, sin comentarios...

MARIDAJE: Nos lo tomamos en tres tandas. Con un plato de paletilla ibérica de bellota, con un arroz seco de langosta, calamar y langostinos y con unos entrecottes con romero y tomillo. Con el jamoncito fue una exquisitez, apuntes grasositos y toques umami perfectamente compenetrados con las notas avainilladas y fúngicas. El día que maridó con el arroz de langosta fue otro disfrute del copón. Vino con la suficiente elegancia y delicadeza como para acompañar el marisco sin opacarlo. Y finalmente, con esos filetes jugosos alucinamos en colores. Las notas animales y sanguíneas fueron desgrasadas maravillosamente con los sabores acompotados de nuestro tremendo vinazo. Vive Dios que hay Viejunos que son algo mágico... Y que no decaiga.

Salud-os!!

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Expatriator69

    Fotos:

    • La botella

      La botella

    • Contraetiqueta

      Contraetiqueta

    • En la copa

      En la copa

    • A 17°C

      A 17°C

    • Con la paletilla bellotera

      Con la paletilla bellotera

    • El arroz

      El arroz

    • Con el arroz de langosta

      Con el arroz de langosta

    • Con los entrecottes

      Con los entrecottes

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