Aún no era su mejor momento, pero cayó con dignidad envuelto entre aromas licorosos,tostados,de cuero nuevo y de miel de San Cayetano. Resultó sedoso y sútil al paladar con notas tostadas y avainilladas. En definitiva no era un gran vino, sino el bosquejo de lo que podría ser un gran vino con el paso de los años.

Una vez entrados en el siglo XXI nos encontramos una cosecha salvajemente buena, el 2001 y luego una sucesion de años siempre suficientemente buenos pero un poco a la sombra del primero.

Un Rieussec de color palido y con toques aun casi alimonado verdosos.

Este 2004 es el año del triunfo de la fruta, a diferencia de las dualidades del 2003 este vino tiene nervio frutal, estructura olfativa de mieles y flores y recuerdos golosisimos cuando descansda en copa, y sin sacar ni apice de alcohol pese a la temperatura de fin de cata.

Boca densa pero no pesada, de fresca frutalidad y una paleta gustativa amplisima entre las frutas exoticas, la miel y los recuerdos de higos secos o piña en almibar.

Su precio es perfecto para comprarlo e irlo bebiendo sin necesidad de esperarlo una eternidad.

Longitud y aptitud de guarda garantizadas