Con más de una decada de botella, es la finura de los primeros aromas terciarios lo que más destaca de la excelente cosecha del 96.

Con esta cosecha Climens además sube un grado apreciable su palido color habitual, tanto que es superior en dorados al 90.
Su nariz, en inicio de reducción, ofrecia casi toda la paleta aromatica de la madurez: Cera de abejas, especias dulces, toques de incienso, final entre maderas y vainillas....
Boca de encuentro dulce pero no empalagoso, sabroso, mucha fruta seca e incluso algun toque citrico especialmente refrescante, tan solo se insinuaba la mineralidad tipica de los vinos más maduros en el postgusto neto y pulido.
esta añada va por la via de ser bebida o guardada, ya que llegará con el tiempo a ser un grande.