Mil Gracias de la familia 8A

En la visual me parece un vino serio, lleno de color, predominando los tonos rojos rubí y donde los azulados lo hacen distinguido, me gusta. Capa media, con abundante lágrima que tinta la copa.
En nariz, inicialmente cerrado y con bastante reducción. Necesita casi una hora para empezar a desplegar lo que tiene. En copa borgoñona mejor que en la Riedel Chianti, de la que le costó más de 2 horas salir. Los finos tostados, los balsámicos y la pimienta clásica de la graciano adornan a unas frutas negras golosas pero no empalagosas.
En boca equilibrado, se agradece que los vinos no lleguen a los 14 grados, buena acidez. Ricos balsámicos y una pimienta pasmosa, muy rica.
Muy conseguido este monovarietal de graciano.

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