Por fin un cab franc con cara y ojos

Un vino más que correcto, pulido, de impecable factura, seco, sabroso, algo gordo y con notables aromas frutales. Un conjunto armonioso y notable, aúnque sin la emoción que es capaz de crear, por ejemplo, su hermanito Xarel·lo. Será por la falta de emoción de la variedad? Será por lo aburrido de querer nacionalizar lo imposible? No se, no se...

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