Sin duda una de las Cuvees de Prestige más respetadas de la Champagne, un gran vino, con historia, con tradición, con materia prima de primera...

Aroma a corcho y humedad que empañaba las mantequillas en el fondo; gran acidez, potente cuerpo, mineralidad intensísima, longitud increíble. Le falta mucho reposo, a mi juicio. No es representativo de su añada; no posee la redondez ni la voluptuosidad de otros blanc de blancs de esta misma millesimé. Mucho nervio, mucha raza para domar.

A pesar de los defectos evidentes, el vino arrasa.
En mi opinión, todavía no es elegante; lo será.
Caro.

Dorado intenso limpio y brillante, burbuja media y abundante.
Nariz de media intensidad en la que destaca su enorme elegancia y distinción. Finas notas florales acompañadas de una fruta blanca muy fresca y profunda, toques minerales calizos muy sutiles, bollería recién horneada, cítricos maduros, hierbas aromáticas. Enorme finura y cierta complejidad.
En boca se confirma con un paso limpio y cremoso vertebrado por una excepcional acidez llena de vida e integración. Con un carbónico fantásticamente integrado, resulta de enorme amplitud en el final. Queda un fabuloso recuerdo cítrico y mineral en retronasal. Un vino de gran nivel y de largo recorrido.
Magnífica cuvée superior de Charles Heidsieck en la que destaca la elegancia de la mejor chardonnay por encima de todo. Comienza a estar plenamente disfrutable y tendrá un importante recorrido en botella, en la que irá mejorando. Sin duda un champagne de gran categoría, pero excesivamente caro (unos 120 euros). En esta gama de precios hay grandes rivales.

Amarillo pálido de reflejos verdosos, muestra una nariz intensa y elegante. Aromas de mantequilla fundidos con matices de manzanas, melocotones y ciruelas maduras. Aparecen notas balsámicos como el té y florales como el jazmín terminan de completar la complejidad de su aroma. En boca es seco, de entrada golosa y fresco, con cuerpo elegante y sedoso, deja unos finales de panadería muy largos. Un vinazo.