Guiseppe Quintarelli Amarone de la Valpolicella Classico 1998
Guiseppe Quintarelli Amarone de la Valpolicella Classico 1998
FICHA TÉCNICA
Bodega
Guiseppe Quintarelli
D.O./Zona
Pais:
Italia
Tipo de Vino:
Tinto
Graduación (vol):
16,50%
Varietales:
55% Corvina Veronese, 25% Rondinella, 20% Cabernet Franc, Nebbiolo, Croatina y Sangiovese
Precio aproximado
Precio Aprox:
Más de 100 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.55
/
98
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
5,0
ELABORACIÓN
Se obtiene de uvas maduras sin botritis que se dejan pasificar cinco meses en bodega. La vinificación dura dos meses y la crianza es de 7 años en "botti" de roble de Eslavonia.
Opiniones de Guiseppe Quintarelli Amarone de la Valpolicella Classico
OPINIONES
2

Casi tres años después volvemos a encontrarnos con este vino y lo cierto es que apenas ha cambiado, lo cual nos da una idea de sus perspectivas de longevidad. Vino profundo en nariz, intenso, que pide aire a gritos y que muestra una paleta compleja y de múltiples matices, más orientados a los toques secundarios que a los frutales. Su paso por boca es arrasador, potente, estructurado pero perfectamente razonable por su acidez y su tanino noble e integrado. Larga persistencia.
Este Amarone es un vino complicado, tremendo en su definición, de una calidad brutal pero hay que esperarlo, tiene materia como para ir evolucionando positivamente durante décadas. Debido a su precio (más de 200 euros) pensamos que no merece la pena con respecto a su soberbio Valpolicella, pero…es un vino muy grande, de eso no cabe duda.

Rojo rubí, ribetes rojizos, capa media.

Tras tres horas de aireación en decantador, el vino se muestra todavía cerrado, requiere de trabajo en la copa. La nariz me recuerda enormemente a un Oporto Vintage con recuerdos florales de violetas, toneladas de frutas rojas licorosas, frutas negras como ciruelas o moras, especias dulces, chocolate negro amargo, tonos balsámicos, algunos herbáceos y térreos. Muestra una gran complejidad, aunque se le nota su todavía indudable juventud.

En boca es un vino casi imposible. Porque me resulta increíble como puede conjugarse la potencia y la finura de una forma tan sutil y salvaje. Los casi 17 grados son inexistentes. Tiene además una acidez muy fina que le hace muy llevadero. El final es seco, largo y contundente. Deja recuerdos de frutas rojas y especias. Nada ardiente. Taninos perfectamente integrados en el conjunto otorgando una sensación de redondez. Su longevidad se mide en décadas.

Estamos ante un vino enorme, de los más grandes tintos mundiales, pero que me lleva a dos consideraciones. La primera es que está ahora muy joven, debe dejarse madurar al menos 10 años. La otra es que ahora mismo su Valpolicella Superiore, que cuesta la cuarta parte, está casi a su nivel. Esto no hace sino que ensalzar el nivel de los vinos de Quintarelli, el mito, la leyenda del Véneto. Vino de guarda.

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