La línea que nunca debería haber olvidado los grandes vinos Riojanos...

Cuando nos predisponemos a catar un vino procedente de una de las grandes e históricas de Riojas, nos surgen diferentes dudas, sobre el volumén de su producción, su a veces inexistencias de connotaciones en sus añadas, en definitiva, su previsible cata. La enología moderna bien entendida, ha consistido en sacar al mercado vinos que proceden de barricas especiales, de parcelas con unas connotaciones que solicitan otro tipo de mimo, este es el caso de una Bodega que con su Beronia Crianza, rompedor absoluto de RCP, se obtiene un Reserva procedente de 198 barricas y unas 50.000 botellas. No hay duda del buen trabajo y su resultado.

Un vino que desde su visual nos presenta al vino Riojano por excelente, cereza-granate en sus tonos, de medio cuerpo y ribete con notas tejas. Sus aromas nos presentan una complejidad de matices terciarios (madera vieja, ahumados, especiados y tostados suaves), que a su pesar respetan las notas licorosas de guinda y fruta roja en sazón. Su tanicidad madura y noble, nos presenta un Reserva con buena acidez, como resultado un vino tremendamente bebible y disfrutable, un paso elegante y sutil que nos ofrece un buen final.

No hay duda que hablamos de un vino de 10 años, donde la fruta obtiene otro protagonismo y matiz, pero que el tiempo sabe respetar, ofreciéndonos complejidad en nariz y sinceridad en boca.