Color dorado, limpio, iridiscente

Maduro, complejo y sutil, nariz de miel de azahar, fruta escarchada, lima, naranja amarga de Sevilla, y deliciosamente, complejisimamente mineral. Piedra fusil, acerado, algo de flores secas y ligeramente ahumado.
La integración de la barrica es total, casi no se percibe en la deliciosa armonía del conjunto

La acidez es vibrante, jugosa, y la mineralidad en boca, apabullante, un vino de raíces, que se dejaba avasallar en su juventud por la madera pero que en este momento despliega todas las virtudes de la chenin a la hora de expresar su origen, Muy seco, glicérico, meloso, y balanceado, la mineralidad y la acidez compensan ese peso que tiene en boca haciendo de él un vino de delicioso disfrute, la entrada llena la boca, a la mitad de su paso pierde un poco de intensidad, para volver con todo con un final de encantadora y subyugante persistencia.

Dorado brillante.
Nariz de media intensidad con toques iniciales de confitería o crema pastelera. Con más aire nos va mostrando una gama de flor seca, fruta madura, higo, papaya, toques herbáceos y anisados y un cierto fondo mineral y ahumado que añade complejidad. Algo cerrado, pero ofreciendo misterio.
En boca es pleno y sabroso, de paso amable y duradero, con longitud y acidez. Es un vino con una cierta concentración y peso, siendo más amplio que largo en el final tras el que quedan sensaciones de frutas amargas con algún toque tostado. Se nota un punto la madera en el final, pero afortunadamente no es protagonista. Buena persistencia.
Un vino que nos muestra la calidad de este viñedo de Savennières, aunque en este caso queda un poco más marcado por la madera de lo deseable. En cualquier caso, un muy bien vino que por unos 24 euros es una compra recomendable.

Color amarillo dorado con reflejos ambarinos.
La nariz es de buena intensidad y muy compleja, ello tras decantar, fruta amarilla madura, toques herbáceos, te, frutos secos y marcada mineralidad. También algo de laca de uñas que no molestaba.
En boca resulta untuoso, glicérico y con cuerpo para ser un blanco, buena acidez y largo, muy largo. En retrogusto vuelve la mineralidad, tostados y frutos secos. Un gran blanco al que quiza le faltaba algo de fruta en boca. Muy bueno.

Amarillo dorado intenso, sin reflejos. Limpio y brillante, con lagrima corta, densa y lenta.
Nariz muy intensa con marcado caracter frutal con un fondo importante mineral. Ademas hay hierba recien cortada y poco a poco emerge un intenso aroma a frutos secos tostados.
Paso por boca con muy buen cuerpo y un sabor pleno , que llena la boca y la inunda. Es largo, pletorico y queda impregnado en las papilas.

Amarillo intenso sin reflejos, limpio y brillante
En nariz con mucha intensidad y complejidad. Hay heno recien cortado, piña, frutas del tropico sobre un fonfo de miel y almendras tostadas.
Ataque en boca fresco, ensamblado , elegante , sedoso y persistente . Muy buen vino.