Continúa su evolución

Tres años después catamos de nuevo este vino y lo cierto es que nos gusta su evolución, va perdiendo intensidad frutal y ganando en sensaciones animales y balsámicas, con esos toques siempre ahumados.
Y en boca va perdiendo pegada pero va ganando en prestancia, con una acidez todavía fresca y un final frutal, mineral y ahumado dejando una huella tánica muy bien integrada, le hacen un trago muy agradable y le otorgan un importante recorrido.
El Crozes de Graillot es un vino que va alcanzando su madurez a los 10 años más o menos y este 2006 continúa su positiva evolución, siendo ahora agradable y sin haber entrado en la fase de cierre (que suele ser entre 7-10 años según el productor). Siempre bueno.

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