Un Chenín Blanc magnífico de un no menos excepcional elaborador. No muy

Un Chenín Blanc magnífico de un no menos excepcional elaborador. No muy evolucionado en color y con una nariz intensa, compota d emanzana, fruta madura, toques amielados y acaramelados y un intenso aroma mineral que envolvía el conjunto. Tremendo. En boca es más alegre que la Feria de Abril sevillana, vivo, danzarín, largo, profundo, intenso, con tremenda acidez en sus casi 35 años de vida. Bufff, una pena que no hubiera más botellas porque me ha parecido muy bueno.

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